mayo 25, 2009

Tracey Emin



Trazos, retazos, pedazos, fragmentos

Fueron las primeras palabras que me vinieron a la mente después de ver la obra de Tracey Emin.

En este espacio me gustaría hablar de una de sus obras más importantes que se titula “Everyone I have ever Slept

With 1963-1995”

Es (era ya que se quemó al incendiarse la galería en la que se encontraba) una pieza que constaba de una tienda de campaña que contenía los nombres de todas las personas con las cuales ella tuvo relaciones sexuales, con las cuales compartió la cama, incluidos su hermano y sus dos embarazos perdidos. Los reunió dentro de este espacio junto con símbolos de vivencias cariñosas, apasionadas y dolorosas.

Los nombres están bordados sobre tela y esto es algo que caracteriza gran parte de su obra, el hecho de fragmentar los recuerdos por medio de retazos de tela que bien nos podría recordar a los collages.

Identidad es lo que trata de establecer Emin con sus obras, una identidad que radica en su historia y en sus experiencias como mujer.

En la obra el espectador (si es demasiado su morbo) debe arrastrarse por la obra para entrar en ella y compartir la cantidad de nombres con Emin. No es de esperarse que se sienta intimidado y al mismo tiempo “aturdido” visualmente por tanta cantidad de letras, nombres y colores en un espacio tan reducido y tan privado.

Todas sus obras gira entorno a ella y a un exhibicionismo público, lo que hace que su obra sea como una biografía que más que comercializar sus “traumas”, nos abren una puerta a una búsqueda intencional hacia la propia persona y hacía las experiencias más íntimas.





Teresa Margolles ¿Creer o no creer?



Esto es lo primero que llama la atención en la obra de Teresa Margolles. ¿De verdad nos hace entrar en contacto con el agua con la que limpian los cadáveres en la morgue? ¿De verdad esos cristales los saca de cadáveres de hombres asesinados por “ajustes de cuentas” debido al narcotráfico?


Mejor conocida como la Semefa, Teresa Margolles ha saltado al terreno artístico por obras que hacen reaccionar al espectador de una forma que tal vez sea la que ella siempre busca. Rechazo, asco, repulsión y aborrecimiento (pero no siempre es así) ¿Por qué?

La temática de Margolles ha sido la muerte y la memoria, pero la manera en la que representa dichos conceptos van más allá del gusto de muchos.

Ella comenzó en los noventas con un grupo conformado por Arturo Ángulo Gallardo, Juan Luis García Zavaleta y Carlos López Orozco, ellos formaban el Grupo SEMEFO, con los cuales celebró su primera exposición que consistía en una exploración de la muerte mediante diversos soportes artísticos como son el performance, la fotografía, videos e instalaciones.

Años después decide separarse y continuar el camino artístico por su lado. Una de sus obras, con la cual se “lanzó al estrellato” del Arte internacional fue la “Lengua con piercing”.

Esta pieza tiene una historia un tanto particular, ya que este órgano pertenece a un jóven que llegó a la morgue, lugar al que llegan muchos muertos, que por razones económicas, sus familias no tienen suficiente dinero para pagarles un funeral digno y los dejan ahí.

Esto es algo que movió y motivo para que la obra de Margolles fuera creciendo poco a poco, el traer de vuelta la memoria de las personas que murieron y que no pueden ser recordadas como “alguien”.

El dueño de esa lengua era un chico “punk” que había sido asesinado de forma violenta y lo que quiso Margolles fue dejar una memoria de la muerte anónima, así es de que habló con la madre del jóven, ya que ella deseaba pedirle el pene, sin embargo, cuando ella trató de decir pene, dijo lengua. La madre reaccionó con indignación (Imagínense como se hubiera puesto la madre si hubiera dicho pene), después de convencerla, Margolles a cambio le pagó la caja para que enterraran al chico. Margolles se la llevó y la expuso en Bellas Artes, el lugar donde se realizan los velatorios de los famosos en la Ciudad de México.

Poco a poco la obra de Margolles ha adquirido una conceptualización de la misma muerte al ya no mostrar órganos o los propios cadáveres y en lugar de eso, nos muestra la esencia desenmascarando apariencias y espectáculos reemplazando este tipo de sensaciones hacía nuevas preguntas como ¿Cuál es el lugar de los muertos dentro de la sociedad?

Sin lugar a dudas la obra de Margolles ha causado controversias tanto para críticos, estudiosos, espectadores y aficionados.

¿Cuánto es capaz de experimentar sobre un cadáver? Es la pregunta que ha llevado a Margolles y es la misma pregunta que el espectador podría preguntarse respecto a la obra de esta artista mexicana.

El trabajo actual de Margolles es con la periferia del cuerpo, ya no son cadáveres de la morgue o elementos reconocibles (lengua), si no como dije líneas más arriba es el concepto lo que ahora mueve sus obras, un lenguaje simbólico que pesa muchas veces más que la experiencia que se tiene con un objeto ya-dado.

No solo se plantea el cuerpo como medio, sino que va más allá y nos representa la idea de cómo esta la sociedad tocando los límites de la misma.

Esta es una muestra de lo que ahora trabaja Margolles, viendo a la muerte en una misma línea temática, sin embargo utilizando conceptos más abstractos y no mostrándola como tal.



Otto Dix


Desde la primera vez que ví la obra de Dix, me llamó mucho la atención y me agradó ya que la estética que utiliza (si es que existe alguna) me pareció totalmente única y grotesca. Su obra la llevó a cabo en el régimen de Hitler, quien mandó destruir gran parte de su producción artística.
Él, en contra de la brutalidad de la guerra y horrorizado por los diferentes elementos que militares alemanes llevaban a cabo con la sociedad (cámara de gas, crematorios, guerra de trincheras, etc) reflejó estos temas en sus obras. Fue líder del movimiento Neue Sachlichkeit (Nueva Objetividad) y con esto explotó su rechazo a la injusticia social en Alemania.
Sus obras son crudas, donde los contornos se crispan deteniendo el paso de colores chillantes creando una sensación de repulsión.



Una de sus obras que más me llamó la atención, tanto por la exposición hecha en clase, como por la manera en que están representados los personajes y a la manera de tríptico, fue Metropolis (1927 – 1928)
En esta obra Dix observa a la sociedad de la República de Weimar, en un soporte que si bien antes había sido utilizado en la tradición histórica-artística como un horizonte de perspectivas e interpretaciones, ahora Otto Dix hace uso del anterior tríptico religioso en uno donde se representa la vida nocturna de la metrópoli.
Al centro encontramos los personajes en el “dancing bar” bailando al ritmo de los sonidos de una banda de jazz o swing. Cabe mencionar que Otto Dix era un verdadero bailador por lo tanto él sabía muy bien lo que quería retratar.
El momento que se representa al centro del tríptico choca con lo que se representa en los extremos. Vemos una sociedad que se divierte al centro, mientras que fuera de esta “burbuja social” filas de prostitutas y heridos de guerra deambulan por las calles. Esto como un significante directo a la Segunda Guerra Mundial, al horror y a la destrucción que quedó después de la guerra. En algún sentido este tipo de arte me parece que es un elemento revolucionario de doble cara. Así como muchos pueden llegar a suponer que este tipo de arte pone en peldaños más altos la grandiosidad de las sociedades ricas, la verdadera lectura de estas obras ha sido un punto en la reflexión de la modernidad para el trabajo de la memoria.
Es importante mencionar que los personajes retratados al centro del tríptico son amigos del artista, entre ellos un abogado, el director general de la administración sajona y su esposa, representados así como la alta sociedad de Dresde. Con esto, Dix ha ocupado el papel del “pintor de la corte”, donde
Todo lo que nos deja ver Otto Dix va de la mano con la supuesta claridad de información a la que somos enfrentados. No calla, mas bien habla, grita y nos muestra una realidad a la que muchas veces estamos cegados por vivir encerrados al centro del triptico (nuestra burbuja social), donde todo es diversión, música, alcohol y sin fin de placeres. La realidad mostrada por Dix va más allá de lo que muchas veces queremos saber o conocer. El la plasma, nosotros la observamos y la aceptamos o la rechazamos, esa es parte de la magia del Arte.





Obras por orden de aparición:

Retrato de la periodista Sylvia von Harden de 1926
Metropoli 1927-1928
The Skat Players 1920

Bang Bang

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Her head was a city of paper buildings and the echoes that remained of old friends and lovers. Their features bleeding together in her brain. Once it started it's harder to tell them apart. She was always distracted. By the very mention of an open door. 'Cause she had sworn not to be what she'd been before.

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