Trazos, retazos, pedazos, fragmentos
Fueron las primeras palabras que me vinieron a la mente después de ver la obra de Tracey Emin.
En este espacio me gustaría hablar de una de sus obras más importantes que se titula “Everyone I have ever Slept
With 1963-
Es (era ya que se quemó al incendiarse la galería en la que se encontraba) una pieza que constaba de una tienda de campaña que contenía los nombres de todas las personas con las cuales ella tuvo relaciones sexuales, con las cuales compartió la cama, incluidos su hermano y sus dos embarazos perdidos. Los reunió dentro de este espacio junto con símbolos de vivencias cariñosas, apasionadas y dolorosas.
Los nombres están bordados sobre tela y esto es algo que caracteriza gran parte de su obra, el hecho de fragmentar los recuerdos por medio de retazos de tela que bien nos podría recordar a los collages.
Identidad es lo que trata de establecer Emin con sus obras, una identidad que radica en su historia y en sus experiencias como mujer.
En la obra el espectador (si es demasiado su morbo) debe arrastrarse por la obra para entrar en ella y compartir la cantidad de nombres con Emin. No es de esperarse que se sienta intimidado y al mismo tiempo “aturdido” visualmente por tanta cantidad de letras, nombres y colores en un espacio tan reducido y tan privado.
Todas sus obras gira entorno a ella y a un exhibicionismo público, lo que hace que su obra sea como una biografía que más que comercializar sus “traumas”, nos abren una puerta a una búsqueda intencional hacia la propia persona y hacía las experiencias más íntimas.
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