mayo 25, 2009

Otto Dix


Desde la primera vez que ví la obra de Dix, me llamó mucho la atención y me agradó ya que la estética que utiliza (si es que existe alguna) me pareció totalmente única y grotesca. Su obra la llevó a cabo en el régimen de Hitler, quien mandó destruir gran parte de su producción artística.
Él, en contra de la brutalidad de la guerra y horrorizado por los diferentes elementos que militares alemanes llevaban a cabo con la sociedad (cámara de gas, crematorios, guerra de trincheras, etc) reflejó estos temas en sus obras. Fue líder del movimiento Neue Sachlichkeit (Nueva Objetividad) y con esto explotó su rechazo a la injusticia social en Alemania.
Sus obras son crudas, donde los contornos se crispan deteniendo el paso de colores chillantes creando una sensación de repulsión.



Una de sus obras que más me llamó la atención, tanto por la exposición hecha en clase, como por la manera en que están representados los personajes y a la manera de tríptico, fue Metropolis (1927 – 1928)
En esta obra Dix observa a la sociedad de la República de Weimar, en un soporte que si bien antes había sido utilizado en la tradición histórica-artística como un horizonte de perspectivas e interpretaciones, ahora Otto Dix hace uso del anterior tríptico religioso en uno donde se representa la vida nocturna de la metrópoli.
Al centro encontramos los personajes en el “dancing bar” bailando al ritmo de los sonidos de una banda de jazz o swing. Cabe mencionar que Otto Dix era un verdadero bailador por lo tanto él sabía muy bien lo que quería retratar.
El momento que se representa al centro del tríptico choca con lo que se representa en los extremos. Vemos una sociedad que se divierte al centro, mientras que fuera de esta “burbuja social” filas de prostitutas y heridos de guerra deambulan por las calles. Esto como un significante directo a la Segunda Guerra Mundial, al horror y a la destrucción que quedó después de la guerra. En algún sentido este tipo de arte me parece que es un elemento revolucionario de doble cara. Así como muchos pueden llegar a suponer que este tipo de arte pone en peldaños más altos la grandiosidad de las sociedades ricas, la verdadera lectura de estas obras ha sido un punto en la reflexión de la modernidad para el trabajo de la memoria.
Es importante mencionar que los personajes retratados al centro del tríptico son amigos del artista, entre ellos un abogado, el director general de la administración sajona y su esposa, representados así como la alta sociedad de Dresde. Con esto, Dix ha ocupado el papel del “pintor de la corte”, donde
Todo lo que nos deja ver Otto Dix va de la mano con la supuesta claridad de información a la que somos enfrentados. No calla, mas bien habla, grita y nos muestra una realidad a la que muchas veces estamos cegados por vivir encerrados al centro del triptico (nuestra burbuja social), donde todo es diversión, música, alcohol y sin fin de placeres. La realidad mostrada por Dix va más allá de lo que muchas veces queremos saber o conocer. El la plasma, nosotros la observamos y la aceptamos o la rechazamos, esa es parte de la magia del Arte.





Obras por orden de aparición:

Retrato de la periodista Sylvia von Harden de 1926
Metropoli 1927-1928
The Skat Players 1920

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Her head was a city of paper buildings and the echoes that remained of old friends and lovers. Their features bleeding together in her brain. Once it started it's harder to tell them apart. She was always distracted. By the very mention of an open door. 'Cause she had sworn not to be what she'd been before.

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